Santoña an der Küste Kantabriens ist berühmt fürSardellen. Besuch in einer Fabrik, wo die Fische vonHand bearbeitet werden und Frauen die Basis für denWohlstand des Ortes schaffen.
Mi madre, mi abuela, todas las generaciones. Al final lo mamamos en casa. Cuando eres niña, ves encasa cómo la elaboran y vas aprendiendo”, explica Jessica, que tiene 43 años y empezó con 16 a trabajar en el negocio de la anchoa. Ella es una de las cinco mujeres, expertas artesanas, que se encargan con sus finas manos enfundadas en guantes de limpiar de espinas la anchoa, con paciencia y dedicación, y de introducir este preciado manjar, filete a filete, en las latas de Conservas La Machina, una pequeña conservera de Santoña, en el norte de España.